miércoles, mayo 07, 2008

Un estornudo real

Hace una semana comenzamos juntos a padecer el primer catarro de Marina. Ella no había querido dormir completo porque estamos tratando de destetarla poco a poco, supliendo las tetadas de la noche. El punto es poder llegar a por lo menos 8 horas seguidas de sueño sin que su estómago le pida alimento para que pueda descansar. Pero del lunes al martes sólo pudo dormir si yo la abrazaba, fue cuando entró ese frente frío. Muy, muy frío. En la mañana le oí que respiraba con unos moquitos atravesados. A ella le molesta mucho que le traten de sonar la nariz con esas bombitas que en realidad no sirven. Creo que aquí hay una oportunidad de mercado; un mecanismo para destapar la nariz de los bebés y niños que de verdad sirva. ¡En fin!, la mañana del martes 29 de abril le tomé la temperatura de pura casualidad y tenía 38,4. Le hablé rápidamente al Dr. Peralta ( Heil, heil, heil) y me dijo que ¿qué otros síntomas tenía?, le dije que unos moquitos atravesados… Entonces me dijo que la bañara inmediatamente con agua caliente (sin quemarla) y que le diera 20 gotas de Tempra por dos días. No salimos en una semana, la fiebre no cedía del todo, estornudaba y tosía. Después le recetaron Flumil por otros 3 días. El papá se enfermó junto con ella. Yo envejecí 10 años… Es muy pesado esto de cuidar enfermos.

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