Empecé un nuevo proceso de desintoxicación, va funcionando, va quitándose el enojo. Ya no me peso pero siento mi cuerpo como de 70 kilos, espero que vaya bajando poco a poco. Tengo dos proyectos en teatro pero la lana sigue dura conmigo. Esa es mi principal angustia. En relaciones sigo con esa sensación recurrente de ser rechazada, a veces querida y a veces rechazada. Donde estoy viviendo estoy peleada con dos vecinas (una casera y una vecina), ha sido muy incómodo. Y esto por una nueva perra que adopté y me ha acompañado, me atrevo a decir que me quitó la porción de soledad. Es mi amiga, mi compañera permanente, mi otra hija.
M. sigue sin escucharme, sigue con sus berrinches, yo sin autoridad, con culpas y con miedos a las culpas.
Parece que solo la acompaño, que solo juego con ella, que doy mi opinión cuando ella me la pide.
Mi vida amorosa peor que nunca, un abiiiiiiiiiiiiiissssssssssssssssmooooooooooooooo.
Finalmente tan carente como siempre, tan tranquila como siempre, escribo triste, ¡qué le vamos a hacer!.
