SIN PUNTOS.

Hoy me quitaron los puntos de la barbilla, de aquella fea verruga que tenía en medio de la cara. Me siento como nueva y volví a preguntar por más tips para verme mejor. El dermatólogo (el mejor del mundo) me sugirió unas cápsulas (para untar) que se llaman vitanoin. Increibles, espero que poco a poco mi piel luzca mejor y mejor. Admito mi miedo a la vejez, pero decido ser joven con todo lo que eso implique, de ahora en adelante me siento joven, así por decreto. Lo viejo se está muriendo, está marchito y cansado. Yo no. Yo me siento vital, fuerte, vigorosa y entusiasmada por lo que pueda venir.
Me quiero dar una mejor calidad de vida, no me gusta el papelito de mamá víctima, de esas que se comen las sobritas de la comida porque no se lo merecen y se están cobrando todos lo cuidados que hacen a los demás. Dios nos libre de una manipuladora de ese calibre. Mejor me doy lo que necesito yo misma o me lo trato de dar.
Por lo pronto así tendrá que ser porque Manuel anda encantado con su trabajo y cada vez tiene más, ya me avisó que las próximas 3 semanas no le voy a ver ni el polvo...
Mejor me hago a la idea y sin mala sangre me la paso lo mejor que pueda con mi Mari preciosa.
Por cierto mañana tengo cita con el ginecólogo (parece que me estoy volviendo hipocondriaca), voy a mi colposcopía de rutina. Veamos que pasa con el sistema reproductivo.

Ex-trías...

Después de parir a la hermosa Marina, quedé hecha un guiñapo. Con la piel de chicharrón en el vientre, los órganos internos colgando sin fuerza abdominal, el cabello cayéndose a puños, con 12 kilos de sobrepeso, la cara eternamente cansada y un genio de la patada. Reconstruirme ha sido un camino lento, intenso y debo aceptar que todavía me falta mucho.
Confieso que las estrías están en mi cuerpo desde la pubertad cuando comenzaron a crecerme los senos, mi piel no es de porcelana ni mucho menos. Además en la vida he engordado y enflacado como 25 veces ( no es un decir). Pero al lactar ( que fue maravilloso), los senos me crecieron como nunca y las estrías se alargaron mucho, mucho más.
El excelente dermatólogo al que visito, me da una leve, levísima esperanza, pero esperanza al fin. Él dice que la televisión dice y ofrece muchas mentiras, que el cicatricure es una farsa con todo y Adela Micha. Pero que hay un producto de Avene que ha dado ciertos resultados colocandolo dos veces al día en pequeñas cantidades. Este prodigio, que pienso utilizar, se llama: PERCUTAFEINE CREMA.
¿Qué tal?. Voy corriendo a comprarlo, muy feliz por cierto.

POR FIN ME QUITÉ MI GRAN LUNAR DE LA CARA.

Hace ocho años me apachurré un grano de mi barbilla, me sangró y poco a poco se fue transformando en una bola negra con pelos. En mi barbilla, en plena cara y justo al centro. Me urgía quitármela pero no había tiempo, dinero o estaba embarazada, lactando, ocupada. Me daba mucho miedo hacerme responsable de eso que crecía en mi cara y que tal vez era cáncer. Que por cierto, una vez a los 20 años un cubano que me leyó los cocos me dijo que me iba a dar cáncer de piel. Todo parecía profetizado y entre menos pensara en eso, mejor.
Tampoco sabía con quién debía hacerlo, unos me decían que me quedaría un hueco negro igual de horrible y otros que fuera con un cirujano plástico. Cada que veía a mi mamá me decía con su tono alarmista de voz: " ve con un cirujano plástico y que le hagan biopsia, esa bola tiene que analizarse", para mí mi mamá me decía que tenía cáncer y que me iba a quedar horrible la cara. Mi hermana me decía que ya tenía pelos, que daba asco. Una niña de 3 años me preguntó qué era eso y si me dolía, pidió tocarlo y al hacerlo puso su cara de asco total... Algo no estaba bien con mi barbilla y esa bola negra.
Finalmente, me decidí. Una amiga me dio el dato de un dermatólogo responsable y profesional. Me lo quitó el viernes pasado, día 13 de febrero a las 12 del día. Ahora tengo cuatro puntos, está parchado con una curación, espero que no se transforme en un gusano de cicatrización queloide.
Espero poder ayudar a mi piel a lucir mejor y más bella, prometo sacrificar un poco de recursos, tiempo y disciplina. El miedo a la verruga se esfumó, ahora tengo que lidiar con mi miedo a envejecer que no es menor.
Lucharé por ser una viejecita alocada después de todo. No quiero ser tan común.
Queda escrito.

Mi primer tarea con Marina.

Hoy nos dejaron nuestra primer tarea, ¡ea!, se trataba de recortar ojos, nariz y boca de revistas y pegarlos en su cuaderno. Yo estaba super emocionada y quería que fueran los pegotes más lindos del universo porque lo ibamos a hacer juntas. ¡Pero fue una trampa!. Recorté todos los ojos y bocas de tres revistas, se los mostraba y proponía el lugar en donde debían ir. Ella se los comió todos incluidos los crayones (no tóxicos) con los que debía colorear las caras al final.
De cualquier forma fue un tiempo lindo de estar juntas haciendo algo diferente.
Lo de los límites no se me da demasiado y cuando le decía "No, no te los comas", ella creía que estábamos jugando a comer más y más papelitos.

¿qué le pasa a mi cabello?

No sé qué me pasa. Le echo la culpa a mi hija, porque no me deja tiempo de arreglarme, bañarme, peinarme, ponerme desodorante, y demás. Lo cierto es que cada vez que intento ponerme guapa, quedo horrible y peor de como empecé ( que ya es bastante). Siempre he tenido el deseo interior de ser muy bella, simétrica, armoniosa, dulce y llamativa. Hoy hasta la vejez me está alcanzando. Parezco la chimoltrufia, las ojeras me llegan al suelo, las manos siempre torpes y la atención desvelada... Pero calma... me van a pagar y debo invertir sabiamente mi dinerito... ¿qué tal una microdermoabración, una depilación laser, un corte a rape para impresionar a todos, una operación para quitar las ojeras ( no me alcanza), alguna crema maravillosa para borrar las ojeras, una cámara hiperbárica, un peeling, un tratamiento anti - cansancio de ozonoterapia o algo que funcione y me aleje de la vejez. Necesito un coach que me de ánimo por dentro para triunfar o pagar cuotas en pare de sufrir y que la oración del embellecimiento funcione.
Tal vez sólo aceptarme y dormir mejor para que mañana por la mañana me perciba diferente.