miércoles, abril 02, 2008

MAMITA QUERIDA.

Cada vez que visito a mi mamá pienso en que esta vez si estoy preparada para ser muy amorosa y tolerante con ella. Que la quiero mucho, que la extraño y que tendremos una relación intima de buenas amigas de ahora en adelante. Llevo 12 años intentándolo. No lo logro.
Invariablemente está de mal humor, todo lo que yo le digo es estúpido y muy molesto. Se le nota. Trato de darle el famoso abrazo cariñoso para demostrarle que no hay problema que la quiero mucho, y ella lo rechaza sutilmente con el cuerpo, no lo siente cómodo.
Mi mamá es hija de español y su piel es mucho más clara que la mía, es racista de quinta generación y clasista por méritos propios. Tiene el don de distinguir el buen gusto de lo naco sin margen de error. Sabe de las oscuras intenciones de la gente mala y detesta la "puñetera calle" donde sólo vas a buscar problemas. Es la persona más disciplinada que conozco y para ella no existe la flojera, la relajación o la queja. Ella no se lo permite y es lo menos que espera de los demás. Es hábil para quedar bien ante los demás y por supuesto la loca soy yo.
La verdad es que ella fue una niña violentada que no se permite hacer contacto con sus emociones porque reventaría. Su mamá era misógina, su hermano violento, procuraron insultarla a ella y sus hermanas por mucho tiempo. Lograron hacerla tan decente como para pensar que una mujer que disfrute de su sexualidad es una perdida.
Ahora tenemos una relación "secretarial" correcta, no nos metemos en la vida de ambas, no somos excelentes amigas, no nos picamos la cresta y hablamos constantemente del clima. Nos aburrimos mucho, muchísimo, cuando estamos juntas.
No me cae muy bien, ni me siento cómoda cuando está cerca. Las dinámicas familiares son muy tóxicas. Pero cuando se ríe te contagia y se ve hermosa.

No hay comentarios.: