viernes, junio 19, 2009

PERDIDA POR TODAS PARTES...

Hoy me perdí varias veces; una, al ir hacia Palmas (Montes Urales), y otra, al ir a Iztapalapa. Todas las calles iban hacia la derecha, derecha, derecha. ¡Coño!, yo necesitaba ir a la izquierda. Tomé todas las malas decisiones posibles. Además, faltan puentes que crucen al otro lado, sobran carros lentos que estorban la circulación. De repente ya estaba encaramada en un segundo piso que me llevó hasta la delegación Venustiano Carranza, todo me llevaba al aeropuerto, calles con nombres sin lógica, una pesadilla. Por alguna razón, adelante de mí siempre se ponía una camioneta o camión que me estorbaba ver a tiempo el letrero de las posibles salidas. Tuve que llorar. Si.
Por favor, Marcelo, haz algo, pon a alguien que sepa, que lo intente, que haga algo. En esta ciudad todo está remachado, roto, mal pegado o sucio. Un policía por aquí cerrando una calle con una riata y un tambo plástico, otro que piensa que con un pito (silvato) organiza a los carros que vienen y van.
Tantas opciones que hay en esta ciudad, de hacer y visitar, pero son horas perdidas en un carro, achatando el cuerpo y descomponiendo la columna. Cada vez que manejo mi carro, extraño más a mi bicicleta. Supongo que a todos nos encantaría vivir en una ciudad bella, limpia y armoniosa. No soy fanática de la limpieza, ¡jamás!, pero a veces dan ganas de sacar un trapito y sacudir esas horribles ventanas viejas de construcciones setenteras de mal gusto y abandonadas por quienquiera que haya vivido ahí alguna vez.
Etceterá ( dos días de quejas)...
.............................
Hoy entre palabras e ideas, confieso que me callé algo muy importante. El asunto de la mexicanidad, "eso" que ningún mexicano puede explicar pero que detectamos con claridad apenas nos enfrentamos a algún extranjero o tema extranjero. Amo la mexicanidad, esa sensación multicultural que es sólo nuestra, invisible a los otros. Sólo descifrada por Buñuel en "Los de abajo".
Sigo cursi, entre todas mis quejas, me gusta mucho vivir en esta ciudad. En el ojo del huracán, donde sé que no me pierdo nada.

No hay comentarios.: