miércoles, junio 24, 2009

FRUSTRACIÓN ANUNCIADA...

Qué fácil era para mis padres sentir que tenían la razón todo el tiempo. Así cualquiera es autoridad, autoritario, opresor, dictador, neurótico o violento. Así sin culpa, o por lo menos muy bien guardada. Ahora, yo con mi hija, estoy frita. Dudo, dudo, dudo todo el tiempo. Por supuesto que me va a ganar, ya ganó. Le cedí el trofeo desde antes de la cesárea. Y eso que leo bastante de límites, de padres conscientes, de lo correcto y hago la finta de seguir una estructura de horarios para "hacerlo bien". En realidad, ya sé que me equivoco todo el tiempo.
Era más fácil antes, porque sorpresivamente a los cuarentas "se daban cuenta" que "algo" no andaba bien, que tal vez se habían equivocado. Pero del mismo tamaño de la frustración llegaba la justificación " es que me la pasé trabajando", "es que hice lo mejor que pude", "es que ya la pagará con sus hijos"... Ahora no hay espacio para la evasión, ahí está , estará y permanecerá. Ya no cumplimos cuarenta años como lo hacíamos antes. Qué hay de esas menopausias en las que rematábamos al 3 por 1 todos los asuntos de la vida, el marido se iba con una muchacha joven de carnes firmes a la playa, la adolescencia de los hijos traumados y los asuntos hormonales... Todo en menos de 5 años para regresar a viborear a los hijos achacándoles todas la culpas de todo.
Mi mamá fue una neurótica justificada, se le exigía mucho. Tenía que ser la mamá perfecta, la esposa ideal, el ama de casa pulcra y la trabajadora sobresaliente. Lo mío no tiene perdón de Dios. Esto es un descaro, me queda la neurótica, el ama de casa a medias y la mamá...
Hemos perdido el derecho a ser explotadas. Ni a quien reclamarle.

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