Hace ocho años me apachurré un grano de mi barbilla, me sangró y poco a poco se fue transformando en una bola negra con pelos. En mi barbilla, en plena cara y justo al centro. Me urgía quitármela pero no había tiempo, dinero o estaba embarazada, lactando, ocupada. Me daba mucho miedo hacerme responsable de eso que crecía en mi cara y que tal vez era cáncer. Que por cierto, una vez a los 20 años un cubano que me leyó los cocos me dijo que me iba a dar cáncer de piel. Todo parecía profetizado y entre menos pensara en eso, mejor.
Tampoco sabía con quién debía hacerlo, unos me decían que me quedaría un hueco negro igual de horrible y otros que fuera con un cirujano plástico. Cada que veía a mi mamá me decía con su tono alarmista de voz: " ve con un cirujano plástico y que le hagan biopsia, esa bola tiene que analizarse", para mí mi mamá me decía que tenía cáncer y que me iba a quedar horrible la cara. Mi hermana me decía que ya tenía pelos, que daba asco. Una niña de 3 años me preguntó qué era eso y si me dolía, pidió tocarlo y al hacerlo puso su cara de asco total... Algo no estaba bien con mi barbilla y esa bola negra.
Finalmente, me decidí. Una amiga me dio el dato de un dermatólogo responsable y profesional. Me lo quitó el viernes pasado, día 13 de febrero a las 12 del día. Ahora tengo cuatro puntos, está parchado con una curación, espero que no se transforme en un gusano de cicatrización queloide.
Espero poder ayudar a mi piel a lucir mejor y más bella, prometo sacrificar un poco de recursos, tiempo y disciplina. El miedo a la verruga se esfumó, ahora tengo que lidiar con mi miedo a envejecer que no es menor.
Lucharé por ser una viejecita alocada después de todo. No quiero ser tan común.
Queda escrito.
Tampoco sabía con quién debía hacerlo, unos me decían que me quedaría un hueco negro igual de horrible y otros que fuera con un cirujano plástico. Cada que veía a mi mamá me decía con su tono alarmista de voz: " ve con un cirujano plástico y que le hagan biopsia, esa bola tiene que analizarse", para mí mi mamá me decía que tenía cáncer y que me iba a quedar horrible la cara. Mi hermana me decía que ya tenía pelos, que daba asco. Una niña de 3 años me preguntó qué era eso y si me dolía, pidió tocarlo y al hacerlo puso su cara de asco total... Algo no estaba bien con mi barbilla y esa bola negra.
Finalmente, me decidí. Una amiga me dio el dato de un dermatólogo responsable y profesional. Me lo quitó el viernes pasado, día 13 de febrero a las 12 del día. Ahora tengo cuatro puntos, está parchado con una curación, espero que no se transforme en un gusano de cicatrización queloide.
Espero poder ayudar a mi piel a lucir mejor y más bella, prometo sacrificar un poco de recursos, tiempo y disciplina. El miedo a la verruga se esfumó, ahora tengo que lidiar con mi miedo a envejecer que no es menor.
Lucharé por ser una viejecita alocada después de todo. No quiero ser tan común.
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