lunes, marzo 14, 2011

TU DIGNIDAD O LA MÍA.

Te he pedido, por favor, en esos momentos donde se que te debes hacer a un lado, que te retires un rato, un paso, un cuarto. Y no te vas. Al contrario, reaccionas como si nada pasara. Deberías creer en mi palabra aunque sea en esos momentos cuando yo se que viene el monstruo y lo destroza todo.
Tu y yo estaremos juntas mucho tiempo, en el mejor escenario. Escúchame, hazte a un lado, escúchame cuando te digo "ahora no", "silencio", "sal", "adelántate". No te quedes ahí, es muy probable que tu puedas sentir ese monstruo, así como lo siento yo. El resto del tiempo yo lo manejo y no me importa perder, comprendo. Y si tu monstruo sale a pasear también lo puedo atajar.
Pero es muy importante que no te dejes atropellar del mío.
He tratado de anteponer tu dignidad a la mía, parece que no se puede con el asunto de los sacrificios. Todos perdemos. Ni modo. Así está siendo. Ni una mas, ni uno mas, basta, hasta aquí.

No hay comentarios.: