Ayer fue un día difícil, me había peinado desde el día anterior, planché mi ropa, pensé en todos los requisitos; copia del pasaporte, copia de mi curriculum, delantal, imagen, combinación de colores, dirección, cómo me coordinaría con la familia, etc...
En el casting, mucha gente, había un texto en inglés y en español, cada casting estaba tardando 30 minutos aproximádamente, además ¡las mujeres que iban para mi personaje eran como de 55 años!, esperé en total 4 horas, con la angustia del estacionamiento, los tiempos para recoger a Marina, los chismorreos alrededor, etc...
Había gastado en manicure para verme bien, pero ese día me comí el barniz de la puntita blanca del dichoso manicure "francés", hasta el perro del lugar me mordió un dedo por querer distraerme y apapacharlo.
Lo peor es que una vez adentro, el cuate que hace la cámara y que dirige el casting pedía actuaciones onda cachirulo, se saca cero en dirección de actores o diez en dirección de actores tipo comercial de elektra. Ya me imagino a los de la producción recorriendo cassettes y cassettes de video de gente igual porque si no lo imitabas exactamente en lo que el hacía te cortaba y volvía a repetir la cámara. Todavía tengo la cruda actoral de "no debí hacerlo así". Un ascototote.
Sólo nos queda creer en los milagros de cocacola internacional, esos que sí existen.
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